
Esta meditación es ideal para hacerla en diez minutos, justo después de levantarte de la cama. Cuando todavía la casa está en calma. Siéntate en un lugar tranquilo, o en una silla, y disfruta de diez minutos para sentir tu cuerpo, dar gracias por estar vivo y por todas las cosas de las que dispones.
Y repetir cuatro frases que yo me digo muy a menudo:
El pasado no se puede cambiar.
El futuro no existe.
Sólo existe el presente.
Sólo importa el ahora.
Estés donde estés, deja durante unos momentos lo que estás haciendo. Ponte una alarma un par de veces al día si lo necesitas.
Si estás en la oficina, no tienes porqué levantarte de la silla, nadie tiene porqué saber que estás respirando con conciencia. Que estás desconectando por unos minutos.
Ponte los cascos del móvil si lo prefieres y escucha esta meditación, para ayudarte a afrontar la jornada cuando la tensión te abrume.